Es importante tener una serie de consideraciones cuando llegue el momento de adquirir el terreno en el que tengamos planeado construir, especialmente si el objetivo es construir una casa de habitación:
- Dimensiones:
La ideal es buscar un terreno en el que las dimensiones permitan sacar el máximo provecho al diseño. Un terreno que sea más amplio que profundo ofrece la posibilidad de tener ventanas más grandes y mejor ventilación.
Cuando el terreno tiene una profundidad grande por los muros medianeros, lo que requiere que el diseño sea más elaborado, tomando en cuenta luz natural y ventilación; cuando el terreno es angosto suele construirse en dos plantas para dar una buena ventilación a los laterales.
Cuando el terreno es ancho es ideal para desarrollar un diseño más confortable, que cuente con dormitorios con buena luz natural, ventilación y una mejor fachada.
- Orientación:
Siempre es necesario tener interés la ubicación del sol al salir y ocultarse, para calcular en que momento da en las ventanas; existe la posibilidad de que “nos dé en la cara” por las mañanas u otra sección de la casa se torne muy caliente, como la sala o la cocina, que son lugares en los cuales se permanece mucho tiempo.
El diseño se puede desarrollar para cualquier terreno y para distribuir la ubicación de las ventanas, pero si nos dan a elegir algún tipo de terreno no está de más considerar estas variantes.
- Ubicación:
Es fundamental verificar que el terreno tenga claro acceso a transporte, escuelas, servicios de aguas negras y agua potable, y demás. Además, revisar las zonas aledañas y como podrían determinar que en el futuro su valor pueda aumentar o reducirse radicalmente.
- Suelo:
Lo más recomendable es un lugar donde el suelo sea muy “duro” siendo roca, y tener cuidado en no elegir terrenos que son muy arcillosos (generalmente tierra rosada tirando a rojo) porque las arcillas son muy expansivas con el agua y luego vienen problemas en las paredes. Por eso es necesario previamente realizar un estudio de suelos.